La sostenibilidad no es una moda, pero si existe moda sostenible (de verdad). Reúne unos valores que algunas marcas tenemos y que fomentamos para el bienestar del Planeta y protección del entorno. Una moda slowfashion frente a la masiva moda fastfashion.
Siempre me muevo en términos de sostenibilidad, ecológica, responsabilidad social, ecofriendly. Una maraña de palabrejas que muchas veces llevan a confusión. Muchas veces las grandes compañías de moda se empeñan en confundirnos y acoplarse términos como sostenible o ecológico solo porque así venden más, pero si rascamos en su estructura no lo son. Ellos tienen el dinero para hacer majestuosas campañas publicitarias y ponerse las medallas, y los que estamos en la liga inferior (solo en envergadura, que no en calidad) vemos como crean confusión en la gente.
Así que entre medio de mis post de siempre y todas mis colecciones y trabajos, iré mostrando los diferentes conceptos. Saber es tener la capacidad de poder elegir. Luego cada uno puedo separar entre lo que quiere o lo que debe hacer. Teniendo en cuenta que nada es blanco o negro pero si que nuestra decisión siempre es importante.
Hoy os quiero hablar de lo que es la sostenibilidad en el mundo de la moda. Aunque si lo aplicais a cualquier otra industria, el resultado es similar.
SOSTENIBILIDAD
- Cualidad de sostenible, especialmente las características del
desarrollo que asegura las necesidades del presente sin comprometer las
necesidades de futuras generaciones.
- Es el equilibrio de una especie con los recursos de su entorno.
- Un sistema sostenible es aquel que no gasta más que lo que necesita consumir y que es eficiente en los recursos que usa y devuelve a la naturaleza. Esto sería lo que se llama Economía Circular . Las famosas 3 R que habréis oido: Reducir, Reciclar, Reutilizar.
MODA INSOSTENIBLE
La industria de la moda es un sistema lineal. Desde su principio va dejando residuos en rios, tierras, aire y al final basura en forma de ropa no usada. La industria de la moda representa el 7% del comercio global internacional y genera el 20% de tóxicos vertidos y un 10% de las emisiones de C02.
Además la «fast fashion» hace que se consuma a más velocidad porque las grandes compañías hacen grandes cantidades de ropa y crean necesidades para que compremos cada vez más. Por ejemplo, los consumidores británicos cada año envían 30 kg de ropa y textiles por habitante a los vertederos, gastan alrededor de 780 libras por cabeza y año, comprando alrededor de 35 kg por persona, de los cuales una octava parte se envía para reutilización a través de organizaciones benéficas y el resto se desecha. Las montañas de plástico y ropas de poliéster sintético terminan, entre otros, en basureros africanos donde no se descomponen en las aguas estancadas provocando la aparición de nuevas enfermedades y variedades de malaria mortales.
La industria textil y de la moda emplea una sexta parte de la población mundial, mano de obra en general esclavizada, especialmente mujeres y niños, sin derechos y en condiciones infrahumanas. Por ejemplo en Bangladesh el 85% de las exportaciones son textiles, en un país donde 70 millones de personas viven con menos de 1$ al día.
Todos estos datos estadísticos son extraidos del curso sobre moda sostenible impartido por la Plataforma Slow Fashion Next. Hacen una gran labor de divulgación y apoyo. A mi me sirvió mucho para afianzarme en mi idea sobre la moda que quería hacer.
#YOCOMPRO #YODECIDO
Si extrapolamos estos datos a cualquiera de las áreas de consumo de nuestra sociedad podemos tener una gran similitud. Solo con estos breves apuntes que os he puesto podéis ver hasta que punto nuestra forma de consumo compromete la salud del planeta, la sociedad y las personas. Nosotros somos los que elegimos lo que compramos: comida, ropa, decoración, etc. A veces resulta dificil salirse de la linea que nos marcan porque los impactos que nos llegan para comprar son muy grandes. Pero si sabemos lo que esconden, quizás sea más fácil.
Como os he dicho antes, nada es blanco o negro. Pero yo creé mi marca de moda ecológica Cris B consciente de los problemas de salir adelante porque soy David contra Goliat, al igual que muchos otros como yo. Pero se que cada venta que hago y que explico como se hace mi ropa o como son los tejidos sin pesticidas y sin manchar el planeta ni a nosotros mismos en nuestra piel, me siento feliz. Y creo que eso es lo que importa. Yo contribuyo con mi granito de arena a la «sostenibilidad».
También os diré que no soy ninguna santa. Yo compraba mucho. No era compradora compulsiva ni mucho menos. Pero poco a poco vi la falta de sentido de comprar ropa por tener una prenda más. Es verdad que a veces es tan bonita que apetece comprarla, pero ahora que se lo que hay detrás no puedo comprarla. Es cierto que aun sigo diciendo….necesito esto o lo otro….pero no es verdad. A veces voy a la tienda, porque «lo necesito» y cuando lo tengo puesto me lo vuelvo a preguntar, y lo dejo en el colgador.
En otro post os explicaré como he ido aumentando mi lista de marcas sostenibles. Hay muchas, no hay excusa. Incluso marcas que compraba que pensaba que no lo eran tienen detrás una bonita historia. Espero ayudaros, o al menos que podáis decidir lo que compráis. Por una moda sostenible.
